Todo empieza con un simple: “Hola”….

El sol ha llegado y con él la caricia de la mañana. Un nuevo día se avecina. Ella sale de su cama sin su distinguida energía. Se sienta y aun adormitada piensa en lo que ha pasado. Piensa y piensa especialmente en alguien. En ese cuarto que alberga muchos recuerdos, en esa soledad que ofrecen las cuatro paredes de su habitación que es interrumpida por una luz tenue que entra por la ventana anunciando el comienzo. Con dolor en el pecho, una lágrima se desliza por su mejía y desea que todo fuera como antes, que todo fuera lo más perfecto posible, pero recuerda tristemente que la perfección no existe. Inundada en un mar de ideas y memorias decide acostarse unos momentos, porque no soportaba estar sentada y mucho menos estar de pie, para que los ojos en los muros la vieran llorar.

-“Te extraño…”, se escucha en el fondo de la habitación. Las palabras de la noche anterior se repetían una y otra vez en su mente, como un disco rayado.

-“Ya no puedo seguir con esto, tengo que alejarme, salir corriendo, donde tu recuerdo no me atormente” dijo Ella con sollozos. Y justo con estas palabras las imágenes del recuerdo que quería evitar, terminaron encontrándola. Dando inicio a la escena:

-“Hallo!”- el dialogo comienza con una simple palabra y un abrazo, que a diferencia de muchos otros parecía frío y distante. Al menos eso era lo que sentía Ella.

-“Hola…”- continuo la conversación ese Alguien, la razón por la que Ella se encontraba llorando.

-“¿Cómo estás? ¿Todo bien?” dijo preocupada Ella, una preocupación que no iba con el día soleado que las acompañaba en ese lugar especial, un lugar que hace unos años atrás descubrieron y unánimemente decidieron llamarlo suyo.

-“Si, todo bien”- contestó con una sonrisa que a los pocos segundos se desvaneció y dejó su huella en el tiempo.

Ella tratando de hacer a ese Alguien sentir mejor le agarró la mano y le atrajo para abrazarle. Al menos ese era el plan en su cabeza, pero justo cuando ambas manos se tocaron, empezó un llanto y las lágrimas hicieron lo que la lluvia no había hecho ya hace unos meses. Asustada Ella siguió con el plan y le abrazo, fue un abrazo largo, sin sentimiento. Un golpe que Ella sintió muy dentro de sí. A pesar de esto, nuestra protagonista, calmó el dolor que en ese momento sentía ese Alguien. Ella hubiera preferido mil veces que las cosas se hubieran quedado así, pero no sabía lo que estaba planificado que ocurriera. Las flores y el árbol que habían sido testigos de gratos momentos entre Ella y ese Alguien serían ahora testigos de una tragedia.

-“¿Me vas a contar qué te paso?”- El silencio fue la única respuesta que encontró espacio en esa pregunta.

Decidida a dejarlo así, Ella dejó de abrazar a ese Alguien y solo le cogió la mano, le guió a que se recostaran en el frondoso árbol detrás de ellos y quedaron sentados largas horas, sin decir una palabra. El único sonido era el viento que se paseaba entre las hojas y las flores. En la mente de Ella había lagunas de memorias y muchas dudas nublaban sus ojos. Cada segundo que pasaba, cada movimiento silencioso eran agujas que atravesaban su corazón.

Con un dolor insoportable Ella se levanta, se sacude los restos de hojas que encontraron posada en su ropa y se dispone a alejarse. En ese momento el silencio que había llenado el espacio se rompe…

-“No te vayas, aun no por favor…”- Dijo suavemente Alguien, agarrándole la mano a Ella. Paralizada, como que si no tuviera control de su cuerpo se acerca a Alguien y cae encontrando soporte en su pecho, mientras su mente se desvanecía en el momento. Por un rato pensó que Alguien había regresado de donde se había perdido, había regresado a ser ese Alguien que ella conocía muy bien, por un simple instante pensó que todo se había arreglado. Pero para su fortuna el desastre solo había comenzado.

-“No puedo seguir con esto, nuestra amistad no es para mí, he llegado al punto en que me duele estar cerca de ti”- dijo fríamente Alguien. Una lágrima se paseo en el rostro de Ella.

- “Sé que suena mal, pero no llores, porque no me has entendido”- La duda se paseaba en los ojos de Ella como que si fuera un lugar en donde nunca había estado.

-“Ya no puedo estar contigo, porque cada momento sin ti es una eternidad, tengo que estar al tanto de lo que estás haciendo, ya no escucho nada que no sea tu voz, y ya no vivo si no estás a mi lado, es por eso que he decidido alejarme porque no quiero encadenarte a algo que no es lo que te mereces”- Un cálido aire rodea el espacio, pero ahora la duda había sido ahuyentada, y el asombro ocupaba su lugar, no era ese asombro cuando uno recibe un regalo y es exactamente lo que uno quería, este asombro era diferente y no en un buen sentido.

Justo con estas palabras finalizó el divino encuentro que poco a poco se convirtió en una pesadilla. Ella con pesar sale corriendo y abandona ese lugar cálido y perfecto, para embarcarse a la obscuridad de la noche. Siendo la luna la compañía para los pensamientos que caminaban por su mente, todos sin ninguna secuencia, todos sin ninguna lógica. Dejando atrás todo lo que para Ella era importante. Se encaminó a esa habitación que tan bien conocía, que al igual que aquel árbol en donde había estado hace unos pocos momentos, conocía muy bien la historia. Una historia que parecía perfecta pero que no lo era. Ahogada en su llanto encontró paz en el sueño que la invadió profundamente. Fue un sueño que ella esperaba fuera su realidad, porque en ese mundo de fantasía lo que paso hace unas horas, nunca sucedió. Ella soñó como hubiera tenido que haber sido su mágico encuentro con ese Alguien. Por primera vez en el día Ella estaba sonriendo.

Y aquí fue donde encontramos a Ella… En la mañana siguiente. La afirmación que hace algunos momentos había hecho, le abrió los ojos, y toda esa niebla se disipó dejando solo la claridad que ahora ya no era tenue sino que entraba con gran intensidad por la ventana e iluminaba toda la habitación. Comprendió que huyó por temor a perder su amistad más preciada, perder aquella persona capaz de causarle tanto dolor, pero tan bien la única capaz de hacerla sonreír aún inconscientemente. Ya más tranquila se levantó y con una sonrisa se encamino hacia la puerta, cuando notó que a la par de ella, acostada en un rincón se encontraba su persona más preciada, la persona que ella pensó haber escuchado en su sueño. Ese alguien especial que se había escabullido en la noche solo para estar con ella y asegurarse que estaba bien. Una carta llamó su atención, cuando Ella se dirigía a despertar a ese alguien. “Lamento mucho el daño que te he causado, no te merezco y deseo que todo lo que dije quede en el pasado, porque cuando huiste de mí y te alejaste de mi lado fue lo más doloroso que he sufrido en toda mi vida, soporte los momentos en silencio y no quería decir nada porque sabía que si lo hacía podría perderte, lo único que hizo que me quedara consiente fue haber sentido tu abrazo y tu mano fue lo que me mantuvo cuerdo todo este tiempo. Lamento ser la persona que te cause dolor y es por eso que quería alejarme, pero tampoco soporto la idea de no tenerte, tu amistad para mí es lo más importante, y quisiera que fuéramos algo más…, ahora que lo escribo me doy cuenta porque todo es tan doloroso, es porque no aguanto un momento más y tengo que decírtelo: Te Amo, con todo mi corazón y no aguanto que no estés en mis brazos… ”

Con estas frases, el corazón antes destrozado cobró vida y se llenó de felicidad porque sabía Ella en el fondo, que el hecho de perderlo, perder a ese alguien era quitarle la vida, pero estaba dispuesta a estar a su lado a pesar de que no fuera ella quien estuviera en sus brazos. Por qué su amistad era suficiente. Y leer lo que realmente sentía fue quitarle todo ese peso de encima, toda esa agonía que había sentido. Una gran sonrisa se dibujó en su faz, y con ella El se levantó, y aun perdido en su sueño lo primero que sintió esa mañana fue un beso, un beso que lo llevo al cielo.